Para reciclar el vidrio, las plantas de reciclaje no usan agua ni químicos.
En las plantas de tratamiento convertimos el residuo en recurso. Nuestra primera prioridad es la sostenibilidad. Tú echas una botella al contenedor verde y nosotros con un proceso mecánico lo limpiamos, eliminamos impurezas (como las etiquetas, los collarines que llevan algunas botellas, tapones, chapas…) y lo fragmentamos en partes más pequeñas y aptas para fundir en un horno y hacer nuevos envases. En este proceso usamos imanes, cribas, aspiradoras, corrientes ¡pero nada de agua ni productos químicos! Muchas de nuestras plantas trabajan ya con energías renovables y todas las que hay en España forman parte del programa de Ecovidrio Cadena Circular, con compromisos relacionados con la huella de carbono y otros aspectos ambientales.
En 2019 dimos los primeros pasos en la medición de la huella de carbono generada por nuestra propia actividad (alcance 1 y 2) y solo un año después, ampliamos nuestro cálculo e incluimos el alcance 3, donde contemplamos las emisiones indirectas y nuevas fuentes de emisión. En 2022 hemos conseguido mejorar nuestra gestión del cambio climático y hemos reducido en un 2,4% la intensidad de nuestras emisiones.
Todo el calcín (vidrio reciclado) que producimos en España se usa para fabricar envases nuevos en nuestro país (y en un pequeñísimo porcentaje en Portugal).